Crítica de libros: El vampiro. Una nueva historia, de Nick Groom
Crítica de libros: El vampiro. Una nueva historia, de Nick Groom
«El vampiro» de Nick Groom es una obra de historia que fascinará a los amantes del terror y una obra sobre el terror que fascinará a los amantes de la historia.
La primera impresión que uno tiene cuando descubre que la editorial Desperta Ferro ha apostado por publicar una obra titulada “El vampiro. Una nueva historia” es de sorpresa. En efecto, Desperta Ferro es uno de los referentes absolutos en el mercado de habla hispana en lo que a historia de diversas épocas se refiere. En su catálogo pueden presumir de contar con algunos de los mejores títulos historiográficos, tanto de autores españoles como extranjeros, de cuantos han salido al mercado en los últimos años. ¿Cómo encaja en este catálogo una obra como “El vampiro” de Nick Groom? ¿Han decidido los responsables de Desperta Ferro dar el salto a otros géneros y abordar el campo del terror?
Basta adentrarse en las páginas del libro para darse cuenta de que no hay motivo ninguno para la sorpresa. “El vampiro” de Nick Groom es un libro de Historia. De la mejor Historia, además. En esta obra, el autor se adentra en la construcción del mito vampírico desde sus orígenes hasta la actualidad, estableciendo en cada capítulo un profundo análisis de la relación entre esta monstruosa criatura y la sociedad que daba pábulo a las leyendas que hablaban de ella en cada momento.
Por medio del análisis de los textos, tanto de las fuentes originales como de las obras de la historiografía moderna que han abordado el tema, Groom disecciona al vampiro, lo trae a la luz que tan letal resulta para esta criatura y nos lo muestra como el producto cultural que siempre fue.
“El vampiro”, antes de abordar una estructura cronológica, se detiene en una breve reflexión acerca del origen del término moderno que ha acabado por designar de forma universal a esta criatura. El autor demuestra aquí un notable conocimiento de la etimología de lenguas tan diversas como las eslavas y las latinas, y nos ofrece un ejercicio de lingüística comparada muy ilustrativo para el lector interesado.
Tras una rápida revisión de los mitos relacionados con criaturas más o menos vampíricas de la Antigüedad (estriges y demás monstruos bebedores de sangre), Nick Groom se adentra en la construcción del vampiro en época medieval y, ante todo, en su transición a la época moderna. Lo más interesante de este recorrido cronológico es sin duda la tesis del autor de que el vampiro en realidad no nace de la oscuridad del Medievo, sino de las luces de la Ilustración, de la necesidad de los pensadores del siglo XVIII de dar una explicación racional a lo que hasta aquel momento había formado parte del folklore de los pueblos europeos de forma natural. Fueron los ilustrados quienes se interesaron por el vampiro del este de Europa y quienes dieron forma definitiva al mito moderno, el no muerto bebedor de sangre al que muchos intelectuales persiguieron y retrataron en sus escritos.
Es sólo con la base del vampiro empírico creado en la Ilustración como se comprende al vampiro romántico, a la criatura creada por Polidori en su relato fundacional escrito en las célebres circunstancias de aquel año sin verano. El vampiro de Polidori y sus muchos hermanos que surgieron en la literatura europea del XIX beben directamente de los estudios de los Ilustrados, y aunque estos escritores ya no buscaban arrojar luz sobre la criatura, no pueden entenderse sin ellos. Tras Polidori vendrán otros muchos, como la Carmilla de Le Fanu y, sobre todo, el Drácula de Stoker, que fue el personaje que lanzó a los vampiros a la cultura popular de forma definitiva y del que bebieron todos los artistas posteriores.
Resulta curioso, sin embargo, que Nick Groom haya renunciado a ir más allá en su estudio, dejando fuera a los vampiros de los siglos XX y XXI, dos centurias en las que los bebedores de sangre han estado más vivos que nunca gracias a la mayor difusión de los textos literarios entre una población cada vez más alfabetizada, y ante todo gracias al cine. El vampiro se convirtió prácticamente desde los orígenes del llamado séptimo arte en uno de los puntales de la creación ficticia del género de terror. Baste citar al Nosferatu de Murnau, homenaje o plagio a la obra de Stoker, nacido en los albores de la historia del cine.
“El vampiro” es, en definitiva, una magnífica obra de corte histórico y antropológico que profundiza en las raíces más desconocidas del mito. Un paseo por las fuentes más antiguas y menos recordadas hoy que nos permite entender de dónde nace la criatura que nos fascina todavía hoy en el siglo XXI. Libro de historia que encantará a los amantes del terror y libro sobre el terror que fascinará a los estudiosos de la historia.
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